Entre los siglos XV y XVI comienza en Europa, un nuevo modo de ver y entender la vida al cual podemos llamar "pre-moderno". Casi todos los motivos que inician esta nueva visión del mundo ya estaban presentes antes de 1453, fecha de la caída de Constantinopla: Recepción y revisión de la cultura helénico-romana, la afirmación enérgica de la dignidad natural del hombre, poniendo el acento en la inteligencia racional y en la libertad, valoración positiva del mundo sensible y auge social de la burguesía. Pero fue a partir de fines del siglo XV, cuando estos motivos históricos fueron calando en la sociedad.
En el nuevo proyecto filosófico-moral se relaciona moralidad con racionalidad, poco a poco va apareciendo una concepción racional del comportamiento saludable, el cual empieza a ser la base de una política sanitaria que va asumiendo el nuevo estado nacional. La salud y la enfermedad del cuerpo y el espíritu no atañen sólo al hombre, sino que el estado tiene una responsabilidad hacia ella que se orienta hacia una campaña universal a favor de la salud.1
Es la sífilis la enfermedad más característica de esta época, la primera afirmación del posible origen americano de la misma procede de un médico sevillano, Rodrigo de la Isla, quien entre 1504 y 1506 publica el Tratado llamado "Fruto de todos los santos, contra la enfermedad serpentina, venida de la isla Española". En él asegura que a lo largo del viaje de regreso de la Española, uno de los hermanos Pinzón, piloto de Cristóbal Colón, había sufrido una extraña enfermedad. En 1497, Nicolás Neoniceno publica en Venecia el libro titulado "Libelus de epidemia quam vulgo morbum gallicum vocant" (Libro sobre la epidemia llamada comúnmente mal francés). Es el autor francés Rouen Jacques de Béthencourt, autor de "Nueva cuaresma de penitencia y purgatorio de expiación para uso de los enfermos afectados del mal francés, o mal venéreo", aparecida en 1527, el primero que denomina a la enfermedad mal venéreo, como sustitución de las expresiones utilizadas hasta el momento.4
Es a partir del siglo XVI cuando aparece claramente en la conciencia de los hombres la idea de que la enfermedad puede contagiarse. Desde luego todo está sometido a Dios, pero no actúa de modo directo, Dios necesita de los miasmas a los que hoy llamaríamos microbios. Fracastoro, médico-poeta nacido en Verona en 1483 y muerto en 1553, publica en 1546: "De contagione et contagiosis morbis", que es un verdadero estudio consagrado a las causas, la naturaleza y las consecuencias del contagio microbiano.4
A lo largo del siglo XVI, las ideas relacionadas con la causa y la vivencia de las enfermedades sigue un movimiento pendular. Debido a que la fe católica atraviesa una fuerte crisis, la superstición alcanza un terreno favorable. Durante esta época se cree fuertemente en la figura de Satán, por tanto la patología psíquica dominante en el siglo XVI es el satanismo. Satán hace perder la razón a aquellos de quien se apodera. Los siglos XVI y XVII ven el mal y la enfermedad encarnados en los secuaces del diablo, en los brujos y brujas (que naturalmente se queman en la hoguera), en el hereje y en el pagano.
Así mismo, el paulatino tránsito de la vida feudal a la vida burguesa conlleva novedades en cuanto a la presencia de la enfermedad. La nueva forma de vida de la alta burguesía más sedentaria que la vida medieval favorece la aparición de la gota como enfermedad propia de estos siglos, así mismo las acumulaciones poblacionales urbanas favorecen e intensifican la presencia del paludismo, las fiebres tifoideas o la sífilis. Los cambios en la tecnología bélica hacen que se pase de la guerra medieval a la guerra moderna y que las heridas producidas por armas de fuego empiecen a cobrar importancia. En estos años cobran auge las enfermedades propias de la miseria suburbana tales como el raquitismo.
Irrupción de la modernidad ¿Fin de la enfermedad?
Es a partir de finales del siglo XVIII y sobre todo durante el siglo XIX, llegando hasta la primera guerra mundial, en el primer tercio del siglo XX, cuando se produce una definitiva ruptura con los restos antiguos del saber y se inicia una nueva y revolucionaria etapa. La creciente estimación de la vida terrena, rasgo característico de los siglos modernos, da lugar a una importante mutación en la consideración de la vida, la muerte y la enfermedad. Frente al pensamiento medieval, surge ahora el ansia de vivir sobre la tierra y la conciencia de que el arte de dirigir la vida puede llevar hacia este fin.
Los siglos XVIII y XIX pueden ser considerados como los del triunfo del discurso racional. La defensa de la salud se adapta perfectamente al proyecto racional moderno. Se va introduciendo una visión optimista en el progreso humano ilimitado que puede llevar a vencer la enfermedad, se cree en una política sanitaria universal a favor de la salud. Los estados nacionales y burgueses intervienen cada vez más en la vida pública y a través de ella en la vida privada, la ciencia y la técnica se sienten más capaces de dominar el mundo natural.
La sociedad de fines de siglo XIX y principios de siglo XX aspira a la curación de las enfermedades, la prevención del enfermar y cierto saber científico acerca de lo que es el hombre. "La medicina es una ciencia social, y la política no es otra cosa que la medicina en gran escala".7
Ilusión, desilusión, aspectos conflictivos
A lo largo de la primera mitad del siglo XX, una fuerte euforia social ha ido configurándose en el terreno de la lucha contra la enfermedad, si la expectativa media de vida era de unos treinta y cinco a cuarenta años en 1842, esta empieza a crecer hasta llegar a una esperanza superior a los setenta años en la década de los 60: El desarrollo de la higiene pública y el aumento del nivel de vida hacen que crezca paulatinamente la longevidad media del hombre.
Finalizada la segunda guerra mundial, el estado se empieza a configurar como estado del bienestar y adquiere como una de sus principales funciones velar por la salud y el bienestar de todos los ciudadanos. En 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS), definió la salud como: Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad. La posesión del mejor estado de salud, que es capaz de conseguir, constituye uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, cualquiera que sea su raza, religión, ideología política y condición económico-social. La salud de todos los pueblos es una condición fundamental de la paz mundial y de la seguridad; depende de la cooperación más estrecha posible entre los estados y los individuos. Esta definición puede hacernos comprender este clima de optimismo; se asume la salud como un "estado de perfecto bienestar" y no tan sólo como la ausencia de la enfermedad, lo cual supone poder vencer definitivamente a la misma.
Luego de la lectura del texto anterior, responde:
1) ¿Qué ocurrió a fines del s. XV con las ideas que había sobre Salud y Enfermedad?2)¿Qué enfermedad de transmisión sexual, que persiste hasta nuestros días, se conoció en aquella época?
3)¿A qué se atribuían las patologías psíquicas en el s.XVI?
4) ¿Qué enfermedades aparecen como resultado de la transición de la vida feudal a la vida burguesa? (Busca información muy breve sobre las enfermedades que menciones. Deben ser al menos 3 enfermedades)
5) ¿Qué cambio rotundo en el pensamiento; sobre la vida, la muerte y la enfermedad aparece en el primer tercio del s. XX?
6) ¿A qué se le atribuye el aumento de la longevidad, a partir de la década del 60?
7)¿En qué casos considerás que NO se cumple el Derecho Fundamental a la Salud?? Cita por lo menos 3 ejemplos
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