jueves, 28 de mayo de 2020

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Prácticas del lenguaje.
Prof. Paula Chentola. 3° 1era y 3° 2da T.M
CONTACTO: locusamoenus19@gmail.com / 1124647979

Buenas tardes, espero se encuentren bien, les dejo una nueva actividad con fecha de entrega el 10 de junio.

Propiedades de los textos verbales: Coherencia y cohesión 

1) Definir el concepto de coherencia.

2) Leer el siguiente texto, separarlo en párrafos y extraer la idea principal de cada unos de ellos.¿Qué aspecto del programa se desarrolla?

EL DIBUJO ANIMADO MÁS VISTO EN LA ARGENTINA Y EN LOS ESTADOS UNIDOS
LOS SIMPSON ¿gente como uno?

Los Simpson ya son un fenómeno y, como tal, se ha buscado interpretarlo. Siguiendo el resultado de algunas encuestas que se hicieron en los Estados Unidos, muchos suponen que este éxito refleja la rebelión de la gente contra las imágenes idealizadas de la vida doméstica que suele mostrar la televisión. Dicen, además, que en el dibujo se tratan con realismo los problemas cotidianos de cualquier familia.
El sociólogo Mike Moore, de la Universidad de California, tiene otro enfoque: "La audiencia de "Los Simpson" se nutre de la sensación de abandono que siente la clase trabajadora en relación con la tevé. Ver el programa es una manera de sentir que ellos también existen". En cambio, para Groening, uno de los padres del ciclo, el atractivo universal de esta familia empieza en la torpeza del patriarca Homero: "El mundo lo patea pero él no se ofende. Y es porque no entiende nada. Mucha gente se siente pateada y sufre por eso. Entonces, le gusta ver a alguien al que le pasa lo mismo pero no se preocupa."
Con o sin patadas, lo cierto es que los adultos se sientan a ver "Los Simpson", y poco les importa que se trate de un dibujo animado. Los que crecieron con imágenes de Walt Disney, o ayudaron al fenómeno de , por ejemplo, Los Picapiedras, ya no sienten ningún prurito por dejarse entretener por caricaturas animadas. Especialmente si, como se sostiene de esta insolente familia de Sprinfield, esas criaturas provocan un shock de autorreconocimiento.
                                                                                    Luis Alonso, Clarín, 5de julio de 1992.

 3) Leer el cuento "La cucaracha" de Javier Villafañe y resolver:

a) Explicar con palabras propias el argumento del cuento.
b) Extraer del cuento palabras o frases que tengan que ver con las ideas de : SOLEDAD/ COMPAÑÍA Y INTRANQUILIDAD. Hacer una lista de cada concepto.  

LA CUCARACHA


Una vez había un hombre que vivía solo. Era periodista. Trabajaba en un diario desde las seis de la mañana hasta la medianoche. Cuando terminaba de trabajar salía del diario; caminaba unas cuadras; comía en un restaurante y después iba a un bar a tomar cerveza. Al amanecer regresaba a su casa. En su casa –era un pequeño departamento– no tenía un solo mueble; ni cama tenía, ni una silla en que sentarse. Había unos clavos en la pared en donde colgaba el saco, el pantalón y la camisa. Dormía en el suelo. En invierno o cuando hacía frío se envolvía en una frazada.
Le gustaba tomar cerveza. Todo el día tomaba cerveza: a la mañana, a la tarde, a la noche. Siempre llegaba a su casa con dos o tres botellas de cerveza.
Una madrugada, cuando se acostó en el suelo para dormir, vio a una cucaracha que salía de un agujero del zócalo. La vio caminar, detenerse y acostarse cerca de su cabeza.
Esto pasó varias veces. Una vez, cuando la cucaracha salía del agujero del zócalo, tomó la tapa de una botella de cerveza y la puso a su lado, y allí se acostó la cucaracha.
Al día siguiente el hombre llegó más temprano a su casa. Traía un poco de algodón: lo desmenuzó y le hizo una cama en la tapa de la botella de cerveza para que durmiera la cucaracha.
El hombre se acostó como siempre en el suelo. Vio salir a la cucaracha del agujero del zócalo: caminar y subir para acostarse en la cama que le había hecho en la tapa de la botella de cerveza.
Al otro día el hombre fue a trabajar. Estaba muy contento. Salió del diario. Iba silbando por la calle. Llegó al restaurante, comió, y después fue al bar a tomar cerveza. Se encontró con un amigo y le dijo:
–Ya no estoy solo. Cuando me acuesto, una cucaracha sale de un agujero del zócalo y viene a dormir a mi lado.
El amigo se rió.
–¿Cómo sabés que es la misma cucaracha? –le preguntó–. Tu casa debe estar llena de cucarachas.
–No, la conozco. Es la misma –respondió el hombre.
–¿Serías capaz de hacer una prueba?
–Sí. ¿Qué hago?
–Le arrancás una pata a la cucaracha. La dejás renga. Y si al día siguiente ves a una cucaracha renga que viene a dormir a tu lado, es entonces la misma cucaracha.
El hombre llegó a su casa. Se desvistió. Colgó en los clavos el saco, el pantalón y la camisa. Se acostó. La cucaracha salió del agujero del zócalo. Caminó y cuando iba a subir a la cama para acostarse, el hombre tomó a la cucaracha con el pulgar y el índice de la mano izquierda, y con el pulgar y el índice de la mano derecha, le quebró una pata y se la arrancó. Tiró la pata y puso a la cucaracha en su cama.
La cucaracha durmió: pero el hombre no pudo dormir. Vio el sol, la mañana. Él, tendido en el suelo, y la cucaracha a su lado dormida. Después la vio despertar, caminar renga y meterse en el agujero del zócalo.
El hombre se levantó, se vistió y salió. Ese día tomó mucha cerveza. Llegó al diario a las seis y media. Trabajó hasta después de medianoche. Fue al restaurante; comió. Fue al bar. Llegó a su casa. Se acostó. Vio salir a una cucaracha renga del agujero del zócalo. La vio llegar, subir y acostarse en la cama de algodón que él le había hecho en la tapa de una botella de cerveza.
Es la misma –se dijo el hombre–. Yo sabía que no estaba solo.
Pero no pudo dormir. Vio el sol, la mañana. Vio cuando se despertó la cucaracha. La vio caminar renga y meterse en el agujero del zócalo.
A la madrugada siguiente volvió la cucaracha. Llegó caminando lentamente y se acostó al lado del hombre.
El hombre no podía dormir. Miraba dormir a la cucaracha. Estaba desnudo, sentado en el suelo, tomando cerveza. Tomó una botella, dos, tres botellas de cerveza. Sintió el sol en los ojos, la mañana.
La cucaracha se despertó. Bajó de la cama. Caminaba arrastrándose y se metió en el agujero del zócalo.
Y no volvió nunca más.                                                                                   

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