HISTORIA DOCENTE: VALIENTE, MANUELA
CURSO: 2DO 1RA 2DO 2DA
CORREO: marimanuval@gmail.com
CELULAR: 1158465962
ACTIVIDAD N° 5
LA MONARQUÍA ABSOLUTA
Absoluto significa ilimitado, sin restricción. El monarca absoluto, en efecto, no estaba limitado por ningún poder independiente (legislativo o judicial). Los teóricos del absolutismo, entre todos los que se destacó Jaques Bousset (1627-1704), aseguraban que el poder del rey, provenían de la voluntad divina, por lo tanto, los súbditos le debían obediencia y se rebelaban contra su autoridad cometían un sacrilegio. El monarca absoluto entonces, no toleraba la crítica ni la oposición, solo estaba sujeto a la ley de Dios y las costumbres del reino.
El ejercicio de la soberanía real implicaba:
- La iniciativa de las leyes: el príncipe hacía la ley y no estaba sometido a ella.
- La administración de justicia: el rey como imagen de Dios, debía hacer reinar la justicia.
- La dirección de la economía y la percepción de impuestos de acuerdo con las necesidades del Estado que el soberano considerara prioritarias.
- La dirección del ejército y la libertad para declarar la guerra o la paz según su criterio.
Los propagandistas al servicio de la monarquía absoluta presentaban al rey como un autoridad poderosa y, a la vez, como un padre y protector del reino, promotor de la economía y conciliador de los conflictos sociales. Según algunos historiadores, el absolutismo estaba organizado para defender los privilegios de la nobleza y mantener a los demás sectores sociales en posición subordinada.
En la mayoría de los países de Europa occidental, los reyes intentaron practicar el absolutismo, pero fue Francia el modelo de las monarquías absolutas de esta época. El estado francés estableció una supremacía política en el continente europeo y desplazó a España de su papel protagónico.
En Inglaterra, en cambio, los intentos de los reyes por imponer el absolutismo fracasaron. Se desarrolló una modalidad particular: la monarquía parlamentaria.
Francia: monarquía absoluta y supremacía en Europa.
La monarquía francesa se había afirmado a partir del siglo XV (15), ganándose un espacio entre la burguesía en ascenso y la nobleza en decadencia. El creador del estado centralizado había sido Luis XI, y sus sucesores del siglo XVI (16), Francisco I y Enrique IV (4to), lo perfeccionaron paulatinamente.
Imagen del Luis XIV, representado como un emperador romano, cabalga en el festejo del nacimiento de su primer hijo. |
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