1° 4ta. T.T.
Prof.: Chentola, Paula.
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El cuento maravilloso
Actividad: leer el cuento "El palaciode los monos", de Ítalo Calvino y completar el cuadro.
EL PALACIO DE LOS MONOS
(Del libro el pájaro Belverde - cuentos populares)
(De Italo Calvino)
(Ilustraciones-Fuente: Internet)
Una vez hubo un Rey que tenía dos hijos mellizos: Juan y Antonio.
Como
no se sabía bien quién de los dos había nacido antes, y en la corte
circulaban versiones distintas, el Rey no sabía cuál de ellos le
sucedería en el reinado, y dijo:
-
Para no perjudicar a nadie, vayan por el mundo a buscar esposa, y
aquella que me haga el regalo más lindo y raro, su esposo heredará la
Corona.
Los mellizos montaron a caballo y tomaron por caminos diversos.
Dos
días después, Juan llegó a una gran ciudad. Conoció a la hija de un
Marqués y le habló del asunto del regalo. Ella le dio una cajita sellada
para llevar al Rey y festejaron el compromiso oficial.
El Rey guardó la cajita sin abrirla, esperando el regalo de la esposa de Antonio.
Antonio
cabalgaba y cabalgaba y no encontraba nunca una ciudad. Se hallaba en
un bosque tupido, sin sendero, que parecía no tener fin y debía abrirse
paso cortando los ramajes con la espada, cuando de repente se le abrió
delante un claro, y en el fondo de ese claro había un palacio todo de
mármol, con los vidrios todos resplandecientes. Antonio golpeó, ¿y quién
le abrió la puerta?, pues un mono. Era un mono con librea de mayordomo;
le hizo una reverencia y con una gesto de la mano lo invitó a entrar.
Otros dos monos lo ayudaron a bajar del caballo, tomaron el caballo de
la rienda y lo llevaron a la caballerza. Él entró en el palacio y subió
una escalera de mármol cubierta de alfombras y en la balaustrada estaban
encaramados muchos monos, que silenciosamente lo reverenciaron. Antonio
entró en una sala preparada para jugar a las cartas. Un mono lo invitó a
sentarse, otros monos se le sentaron a los costados, y Antonio comenzó a
jugar con ellos. A una cierta hora le preguntaron por señas si quería
comer. Lo acompañaron al comedor y en la mesa servida atendían monas con
delantal, y los invitados eran todos monos con sombreros emplumados.
Después lo acompañaron con antorchas a un dormitorio y lo dejaron para
que durmiera.
Antonio,
aunque alarmado y estupefacto, estaba tan cansado que se durmió. Pero
en lo más lindo del sueño, una voz lo despertó en la oscuridad,
llamando:
- ¡Antonio!
- ¿Quién me llama? – dijo él, encogiéndose en la cama.
-Antonio, ¿qué viniste a buscar hasta aquí?
- Vine a buscar una esposa que haga al Rey un regalo más lindo que el de la esposa de Juan, de modo que la Corona me toque a mí.
- Si consientes en casarte conmigo, Antonio – dijo la voz en la oscuridad -. Tendrás el regalo más lindo y la corona.
- Entonces ¡casémonos! – dijo Antonio, con un hilo de voz.
- Bien, mañana envía una carta a tu padre.
Al
día siguiente Antonio escribió al padre una carta, diciéndole que
estaba bien y que volvería con la esposa. Se la dio a un mono que,
saltando de un árbol al otro, llegó hasta la ciudad real. El Rey, aunque
sorprendido por tan insólito mensajero, se alegró mucho por las buenas
noticias y lo alojó al mono en el palacio.
A la noche siguiente, Antonio fue nuevamente despertado por una voz en la oscuridad:
-¡Antonio! ¿Sigues teniendo el mismo sentimiento?
Y él contestó:
-Por supuesto.
Y la voz dijo:
- ¡Bien! Mañana envía otra carta a tu padre.
Al
día siguiente Antonio volvió a escribir al padre que estaba bien, y
mandó la carta con un mono. El Rey retuvo también a este mono en el
palacio.
Así
todas las noches la voz preguntaba a Antonio si no había cambiado de
parecer y le recomendaba que escribiera a su padre, y todos los días
partía un mono con una carta para el Rey. Esta historia siguió durante
un mes y la ciudad real, mientras tanto, estaba llena de monos: monos
sobre los árboles, monos sobre los techos, monos sobre los monumentos.
Los zapateros golpeaban los clavos con un mono sobre el hombro, que
repetía el gesto, los cirujanos operaban mientras los monos les robaban
los cuchillos y el hilo para coser a los enfermos, las señoras iban a
pasear con un mono sentado sobre la sombrilla. El Rey ya no sabía que
más hacer con tanto mono.
Pasado un mes, la voz en la oscuridad finalmente dijo:
- Mañana iremos juntos a ver al Rey y nos casaremos.
A
la mañana siguiente, Antonio bajó y frente a la puerta había una
hermosísima carroza con un mono por cochero sentado delante y dos monos
lacayos agarrados detrás. Y dentro de la carroza, entre almohadones de
terciopelo, toda enjoyada, con un estupendo tocado de plumas de
avestruz, ¿Quién estaba?, Una mona. Antonio se sentó a su lado y la
carroza partió.
Al
llegar a la ciudad del Rey, la gente abría paso a esa carroza tan
extraordinaria y todos se quedaron apabullados por la sorpresa de ver
que el Príncipe Antonio había tomado por esposa a una mona.
Y
todos miraban al Rey que estaba esperando al hijo en la escalera del
Palacio, para ver qué cara ponía. El Rey no por nada era Rey; ni si
quiera parpadeó, como si casarse con una mona fuera la cosa más natural
del mundo. Dijo solamente:
- La eligió, tendrá que casarse. - La palabra del Rey es siempre palabra de Rey.
Y recibió de las manos de la mona una cajita sellada como aquella de la cuñada.
Las cajitas se abrirían recién a la mañana siguiente, día de la boda.
La mona fue acompañada a su habitación y quiso que la dejaran sola.
Al día siguiente Antonio fue a buscar a la novia. Entró y la mona estaba frente al espejo probándose el traje de novia. Dijo:
- ¡Mira a ver si te gusto! – Y se dio vuelta. Antonio se quedó sin habla:
de
mona que era, al darse vuelta se había transformado en una encantadora
muchacha, de cabellos cobrizos, alta y con un donaire que daba gusto
verla. Se frotó los ojos porque no podía convencerse, pero ella dijo:
- ¡Sí, soy realmente tu novia! – y se echaron uno en los brazos del otro.
Afuera
una gran muchedumbre se había reunido alrededor del palacio para ver al
Príncipe Antonio que se casaba con la mona, y cuando en cambio vieron
salir del brazo de tan hermosa criatura, quedaron boquiabiertos. A lo
largo de todo el trayecto hacían cortejo todos los monos, sobre las
ramos, sobre los techos y sobre los alfeizares de las ventanas. Cuando
pasó la pareja real, cada mono dio una vuelta sobre sí mismos y en esa
vuelta todos quedaron transformados: quién en dama con traje de
cola, quién en caballero con el sombrero emplumado y el espadín, quién
en fraile, quién en campesino, quién en paje. Y todos fueron a engrosar
el cortejo que seguía a la pareja que iba a desposarse.
El
Rey abrió las cajitas de los regalos. Abrió aquella de la esposa de
Juan y dentro había un pajarito vivo que volaba, y realmente era un
milagro que hubiese podido estar encerrado ahí todo ese tiempo; el
pajarito tenía en el pico una nuez, y dentro de la nuez había un moño de
oro.
Abrió
la cajita de la esposa de Antonio y también allí había un pajarito vivo
y el pajarito tenía en el pico un lagarto, que realmente no se entendía
cómo hacía para estar allí, y el lagarto tenía en la boca una avellana
que no se sabía cómo había entrado, y una vez abierta la avellana,
apareció, bien dobladito un tul bordado por cien manos con hilos de
plata y oro.
El Rey ya estaba por proclamar a Antonio su heredero, y Juan ya tenía la cara larga, pero la esposa de Antonio dijo:
-Antonio
no necesitas del reino de su padre, ya tiene el reino que le traigo
como dote, y que él, al casarse conmigo, liberó del hechizo que
nos había hecho a todos monos. – Y todo el pueblo de monos, que ahora
eran otra vez seres humanos, aclamó a Antonio como Rey.
Juan heredó le reino del padre y todos vivieron en paz y en concordia.
*OBJETOS MÁGICOS:
*PERSONAJES CON PODERES SOBRENATURALES:
*ENCANTAMIENTOS:
*TRANSFORMACIONES:
*ANIMALES CON CARACTERÍSTICAS HUMANAS:
(Puede que no aparezcan todos los elementos del cuadro solicitados)
2) Explicar la prueba que deben superar los hijos del rey.
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