DOCENTE: ARIEL SEBASTIÁN SOSA
AÑO: 2do 3ra.
ASIGNATURA: CONSTRUCCIÓN DE LA
CIUDADANIA
MAIL: ariel.sosa@bue.edu.ar
CONTACTO: 11-3875-1706
FECHA DE ENTREGA: 21 DE OCTUBRE DEL
2020
LA
DEMOCRACIA
Qué es Democracia:
La
democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por
el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de
decisiones políticas. El término democracia es extensivo a las comunidades o
grupos organizados donde todos los individuos participan en la toma de
decisiones de manera participativa y horizontal. El mecanismo fundamental de
participación de la ciudadanía es el sufragio universal, libre y secreto, a
través del cual se eligen a los dirigentes o representantes para un período
determinado. Las elecciones se llevan a cabo por los sistemas de mayoría,
representación proporcional o la combinación de ambos. Sin embargo, la
existencia de elecciones no es indicador suficiente para afirmar que un
gobierno o régimen es democrático.
La caída de Porquesi, el malvado emperador
Hijo
de Glotón segundo y nieto de un gran Rey, Porquesi fue el gobernante más
temible que hubo en las tierras del país. Apenas asumió el mando, al morir su
padre, redactó la primera ordenanza que, en un largo bando, fue leída al pueblo
en plaza pública. “Todo árbol de frutas que crezca en tierras del País -decía
la orden- deberá ser entregado de raíz a este gobierno. Firmado: Porquesi.” Sin
protestar -porque nunca lo habían hecho-, los paisanos entregaron sus árboles a
las autoridades, dejando sus propios jardines completamente vacíos. Así fue
como al llegar el tiempo de la recolección, el palacio se llenó de
incalculables canastos de fruta, con las que el emperador hizo preparar dulces
y más dulces. Tantos, que ni al cabo de largos años logró terminar de comer. Y
fue durante esos años que, descuidados y hartos de frutos que nadie podía
recolectar, los árboles se enfermaron y murieron, uno a uno, en las tierras del
emperador. Porquesí, entonces, redactó la segunda ordenanza que, en un largo
bando fue leída en plaza pública. “Tras la inesperada muerte de los árboles
-decía la orden- y ante la falta de sus frutos, deberán entregar a este
gobierno las risas de todos los chicos que habiten el País.” Desde entonces, en
enormes bolsas que eran llevadas al palacio, los chicos depositaban sus
sonrisas por obligación. Con ellas el malvado emperador hacía preparar el dulce
más rico del mundo: mermelada de risas. Jalea de carcajadas infantiles, que se
convirtieron en el manjar más precioso de su majestad. Era el dulce más dulce
que se había conocido. Fue metido en frascos y vendido a otros monarcas a
precios sin igual. Sin embargo, tanto esplendor no duró mucho: como era de
suponer, pasado un tiempo, los chicos del País empezaron a entristecerse,
perdiendo poco a poco las ganas de reír. Hasta que definitivamente dejaron de hacerlo,
y la fabricación del sabroso producto llegó a su fin. Entonces vino la tercera
ordenanza que, en un largo bando, fue leída al pueblo en plaza pública. “Todo
chico que no quiera reírse -decía la orden- será severamente castigado por este
gobierno.” Y los fieles seguidores de Porquesi se lanzaron a la persecución.
Los chicos trataban de reírse, pero no podían. Aterrorizados por el castigo,
imitaban un sonido parecido al de las carcajadas, que los glotones de Porquesi,
sin distinguir, cargaban en sus bolsas al palacio. Con ellas, que eran una
mezcla de miedo y de imitación, los dulces que prepararon para el emperador
resultaron más amargos que la hiel. Más salados que una lágrima. -¡Pueblo de
traidores! Gritó entonces Porquesi. Y armó un poderoso ejército para saquear
nuevos países. Viendo cómo su gobernante pretendía entristecer a los chicos de
todo el mundo, los paisanos se enfurecieron y, por primera vez, decidieron
enfrentarlo. La sola idea de vencer a Porquesi los puso contentísimos. Y sin
darse cuenta organizaron un festejo que de pronto coloreó las calles del País.
Como se imaginarán, tanta felicidad despedía un olor exquisito. Atraído por él,
Porque si quiso probar de qué se trataba. Creyó que se daría el mejor de los
banquetes. Pero apenas lo intentó un fuerte dolor de estómago lo hizo caer al
suelo. Cayó y cayó y cayó. Con tanta fuerza que jamás pudo volver a levantarse.
Y así termina este cuento. Un capítulo que en la historia universal se conoce
como la gloriosa Caída de Porquesi, el malvado emperador de un País.
LUEGO DE LA LECTURA DEL EMPERADOR PORQUESI, RESPONDER LAS
SIGUIENTES PREGUNTAS:
1 ¿Qué
razones da el emperador para exigir lo que exige?
2 ¿Tiene
derecho el emperador a exigir lo que exige? ¿Es justo? ¿Por qué?
3 ¿Puede
alguien exigir a otro lo que le es propio? ¿Por qué?
4 ¿Puede
exigir a otro que sonría? ¿Por qué?
5 ¿Por qué
las personas del pueblo al principio no dicen nada y luego sí?
6 ¿Por qué
se llama Porquesi el emperador?
7 ¿Que
ocurrió cuando los vecinos decidieron organizarse?
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