DOCENTE: ARIEL SEBASTIÁN SOSA
AÑO: 3ro 1ra y 3ro 3ra.
ASIGNATURA: CONSTRUCCIÓN DE LA
CIUDADANIA
MAIL: ariel.sosa@bue.edu.ar
CONTACTO: 11-3875-1706
FECHA DE ENTREGA: 4 DE NOVIEMBRE DEL
2020
“FUTBOL
Y DERECHOS FEMENINOS”
Una iniciativa deportiva se transformó en la alternativa
para que un grupo de mujeres luchara contra la exclusión y la violencia de
género: esta es la historia de Las Aliadas, el equipo de la Villa 31, ubicada
en el barrio de Retiro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Hace nueve años que el equipo de fútbol femenino entrena en
la villa 31. Entonces, un grupo de mujeres adolescentes exigió su lugar en la
cancha de fútbol del barrio y a pesar de la resistencia cultural, formó Las
Aliadas, un equipo que recorrió el mundo. Mónica Santino es su directora
técnica desde el comienzo. Hoy, junto a otras entrenadoras, asiste al barrio de
forma voluntaria para enseñarles a chicas de entre 6 y 20 años algo más que a
jugar a la pelota. En sus palabras: “Para las mujeres, el derecho al juego es una
cuestión revolucionaria. Y aquí estamos”. ¿Por qué comenzaron a jugar? – El
proyecto nació a fines de 2007, con una entrenadora de Estados Unidos. Armó un
grupo de unas diez chicas en la villa 31 y ahí me contactó. Yo trabajaba en un
programa de fútbol femenino creado a partir de la inexistente oferta deportiva
para mujeres en zonas excluidas de la ciudad. Las chicas querían jugar y esa
posibilidad no estaba. – ¿Por qué la elección de ese deporte? – El fútbol fija
roles con una identidad masculina muy fuerte. Cuando una mujer juega y rompe
eso, son muchas las cosas que cambian. Entonces, acá en el barrio empezamos a
jugar, como excusa de trabajo de los estereotipos de género. También hablamos
de derechos sexuales, salud reproductiva y embarazos adolescentes. El fútbol
ofrece, así, la posibilidad de ver la vida con otro cristal. Además, levantó la
autoestima de muchas chicas, las empoderó. Ahora levantan la cabeza y miran.
Tienen un grupo de pertenencia y están orgullosas de su barrio. El juego las
sacó del lugar de aislamiento. Por eso pensamos que es muy valioso como
herramienta para erradicar la violencia de género. – ¿Con qué resistencias se
encontraron? – Al principio, los varones decían que no podíamos jugar, que
estaban ellos, que nos corriéramos y se metían en nuestros partidos. Pero no
bajamos los brazos. Con el correr del tiempo fuimos siendo más que ellos. Nos
plantamos y logramos jugar esas dos horas que queríamos. Claro que la lucha
sigue porque todavía hay disputas, No hay un derecho pleno: está en
construcción y es lo que estamos tratando de conquistar ahora. – ¿Qué logros
obtuvieron en estos años? – El 6 noviembre de 2007 aparecimos en esta cancha,
que era un potrero. No tenía reja, ni tribunas, ni sintético, nada. Así que
acondicionarla fue muy importante. Pero la primera conquista de este grupo fue
lograr que la cancha sea un espacio para mujeres en el horario de nuestro
entrenamiento. Ahora los nenes más chicos juegan con nosotras y aprenden que
somos iguales, entonces de grandes el trato va a ser distinto.
Luego de lo leído responder:
1-
¿El
deporte puede ser una herramienta para que una comunidad mejore su vida? ¿Por
qué?
2-
¿Cómo fue
el caso de Las Aliadas?
3-
Busca otro ejemplo en el cual el deporte haya
permitido una transformación social.
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